Experimentar un torbellino de sensaciones y emociones cuando se cuida a ser un ser querido con Alzheimer es totalmente normal.

La frustración es ese sentimiento que aparece cuando comprobamos que no conseguimos los objetivos que nos hemos propuesto.

Debemos hacer pues un repaso a esos objetivos.

  1. ¿ SON realmente ALCANZABLES?
  2. ¿La consecución de ese objetivo DEPENDE UNICAMENTE DE MÍ?

Si no son alcanzables y conseguir ese objetivo no depende exclusivamente de nosotros es seguro que nos sentiremos frustrados.

Algunos ejemplos de situaciones que no dependen de nosotros son:

  • Un comportamiento inapropiado en la mesa, confundiendo los cubiertos o la forma de usarlos
  • Comprobar que no es capaz de vestirse correctamente
  • Conductas de desinhibición sexual
  • Repetir constantemente una misma actividad
  • Cambiar las cosas de lugar sin motivo aparente
  • Cualquier otra situación cotidiana que desmonte nuestras expectativas más básicas respecto al comportamiento esperado de nuestro ser querido enfermo, suele generar frustración.

Objetivos inalcanzables serían:

  • Pretender que la perdida de capacidades en nuestro familiar no nos afecte emocionalmente
  • Dedicarnos a tiempo completo a su cuidado
  • Esperar que la enfermedad se revierta o no avance

Es importante aceptar y gestionar adecuadamente este tipo de emociones y sentimientos con el fin de evitar caer en:

  • La infravaloración de uno mismo restando importancia a lo que hacemos, a nuestras habilidades, actitudes y comportamiento
  • El sentimiento de culpa que puede aparecer por no saber cómo afrontar una situación desbordante
  • En la sensación de renuncia a nuestra vida puesto que es necesario dedicar todo el tiempo disponible al ser querido enfermo

Algunos CONSEJOS:

  • Reconoce la importancia de la labor que llevas a cabo, al esfuerzo diario y no te exijas más. Habrá días en los que te sientas con más fuerza y todo te resulte más llevadero y habrá otros en los que no será así. No pasa nada.
  • Pide ayuda. Delegar no significa abandonar a tu ser querido, significa formar equipo.
  • No renuncies a todas tus actividades. Para mantener en equilibrio nuestro estado de ánimo son recomendables 5 actividades al día:
    • Trabajo
    • Ocio solo
    • Ocio acompañado
    • Relajación
    • Deporte
  • Mantén tus aficiones, en la mayoría de las ocasiones el cuidado de la persona con Alzheimer no se ve afectado significativamente al mantener estas actividades
  • Mantén tu espacio personal
  • Aprende a distribuir el tiempo de forma más eficiente creando agendas diarias combinando las responsabilidades del cuidado con tiempo para el ocio y el descanso. Para conseguirlo, es clave pedir y aceptar ayuda o apoyo
  • Asistir a grupos de acompañamiento para familiares de personas con Alzheimer o asistir a un grupo terapéutico para cuidadores familiares, son recursos a considerar si uno no sabe por dónde empezar

Cuidar de un ser querido con Alzheimer implica superar muchos retos a nivel personal y enfrentarse a muchas emociones, a menudo, ambiguas. Es muy importante ser capaz de reconocer e identificar cómo uno se siente y el motivo de las emociones que se experimentan, para analizar cómo estamos interpretando los hechos y tratar de modificar nuestras percepciones y reacciones. La gestión y el manejo de las emociones nos ayudará a potenciar nuestra resiliencia, esa capacidad que nos facilita sobrellevar las situaciones vitales estresantes, extrayendo de ellas aspectos positivos, y crecer personalmente.

 

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